Hace un par de años recuerdo soñar con él. El sueño se tornaba bastante angustioso cuando de pronto me encontraba en un parque donde el sol de septiembre se encontraba casi en sus últimas horas.
Algo así como las siete de la tarde y el cielo se veia precioso. Pero de pronto el sol dejo de avanzar, dejo de irse y se quedó durante casi media hora en esa misma posición.
Inamovible.
Estático.
De pronto, así como de la nada, aparecio otro sol. Algo más pequeño y que corria como un meteorito de un lado al otro del cielo. De izquierda a derecha, de derecha a izquierda.. y así un par de veces.
Era algo así como estas figuras de bolas de metal que tienen una bola a cada extremo y que al colpear la bola de un extremo el centro, la bola del otro extremo echaba a andar.
Ese sol lo hacía el sólo, iba de un lado para el otro sin necesidad de que ninguna otra bola lo acompañase. Y entre tanto, nuestro sol, el de siempre seguía parado en la misma posición, a unos 25grados del horizonte, quieto, inmóvil.
Seguí mirando con la boca abierta lo que en el cielo estaba ocurriendo y pronto pude darme cuenta de que el sol que oscilaba, aquel que se movia como si de un pendulo se tratase, cada vez se acercaba más y más. Volvió de izquierda a derecha y sufrí por su vuelta de derecha a izquierda.
Lo veía venir, a la próxima venida nos daría de lleno!!
Empecé a pensar, y la angustía me sobre cogió. No había minutos necesarios para nada. No tenía tan sí quiera posibilidad de hacer otra cosa más que quedarme allí, tan inmóvil y estatica como el sol de siempre.
Una vez más volvía el sol oscilante. No había otra, había llegado el momento.. Un escalofrío recorría todo mi cuerpo. No sabía si cerrar los ojos ante lo que se avecinaba o mejor mantenerlos abiertos y seguir alucinando con todo lo que estaba pasando. Opté por seguir mirando y fue entonces cuando con la boca abierta vi como el sol oscilante iba rasgando nuestro cielo. Su fuego quemaba nuestro cielo de plástico y lo comía en línea, la mísma línea por la que osciló de izquierda a derecha. Através del agujero que dejaba se podía ver el universo, ese azúl oscuro inacabable y muerto de vida.
Era terrible todo eso. De pronto en el ámbiente comenzó a notarse la falta de oxígeno, aquel que sólo la capa de ozono de nuestra tierra era capaz de retener. Pero la capa de ozono se había roto. Ya no había vuelta atrás. Tan sólo unos segundos y de pronto todo, absolutamente, se torno del color del universo en mi visión. Tal vez había muerto por la falta de oxígeno. Tal vez el mundo había terminado.
Pero se hizo la luz. Aparecí en mi casa, donde reinaba la paz y la tranquilidad. Nadie era consciente de lo que estaba ocurriendo.
Cerrad las ventanas!- me apresuré en decir- cerrad las ventanas! No dejeís que el oxigeno se escape!
Mi familia, atónita, obedecía mis ordenes sin entender nada. Y cuándo todas las ventanas estaban cerradas, cuando las persianas también se cerraron, entonces me apresuré en explicarles todo lo ocurrido. Entre tanto, mi angustía y mis pensamientos eran demasiado bombardeantes y acabé por despertar de toda esa pesadilla.
Aún despierta, me costaba recuperar el aliento. no entendía cómo, por qué.. ní tan si quiera cuándo, sí es que había un cuándo. Lo único que tenía claro es que no quería que tal sueño fuese una premorición, aunque mis pensamientos por el sol permitían posible todo aquel desastre que había soñado.
Tuvieron que pasar semanas para que volvíese a la normalidad, para que no me acostase con miedo, para que no oyese o notase que el caos se hacía con el mundo, en la realidad.
Pero creo que pase el tiempo que pase, mi miedo por ese viejo de amarillo, siempre será enorme, tanto como él mismo.
No hay otro como él. No hay ninguno al que me guste ver tan poco.
Para mí es como un confesor; las confesoras son chicas y tienen bondad y poderes que velan por la justicia por la paz. Un confesor varón es maligno, capaz de instaurar sólo poder, su poder. Es un poder que ejerce de su propio poder y se lo come todo. Y yo veo al sol así.
Mi imagen de él no es buena, por lo que se puede comprobar, y n sé si es por el simple hecho de que sea chico o por todas sus caracteristicas, las cuales, indudablemente no van conmigo en absoluto.


No hay comentarios:
Publicar un comentario