domingo, 14 de febrero de 2016

¿Cómo se saben los años de una estrella?



Recuerdo cuando estaba en naturales, uno de los primeros años de secundaría, concretamente el primero de todos.. Hablabamos del universo, de todos los planetas, estrellas y miles y miles de objetos identificados y no identificados.
Me fascinaba esa clase y siempre solía quedarme con la boca abierta mientras imaginaba un viaje desde mi mente por aquellos lugares tan lejanos.

Una de las cosas que estuvimos viendo fueron las fases de las estrellas. Las etapas por las que una estrella pasa desde que nace hasta que muere, incluso sin haber sido descubierta, sin haber sido nombrada.
Si la memoria no me falla las estrellas crecen con el tiempo, cambian su color y siguen creciendo. Adquieren toda la energía posible del universo y a medida que van creciendo se hacen más y más fuertes y atraen más y más objetos que las hacen aún más grandes y atrayentes.

Es un circulo de energía imparable que sólo la distancia consigue parar. Y es así como las estrellas cumplen años. No les engordan las tartas, que también, les engorda la energía, el calor, el afecto de otros cuerpos celestes.

El sol es esa estrella enorme y vieja que hace que sepamos diferenciar entre un viejo sabio y unas pequeñas pero adorables estrellas nocturnas. Su luz, su tamaño, su calor.. nada tiene que ver entre ellas. El paso de los años las hizo diferentes.

Una vez más las estrellas traen semejanzas con las personas. Sólo la experiencia y el amor que portamos de otros es lo que nos hace que los años que cumplimos sean años de verdad. Nos permiten crecer en cuerpo, pero sobre todo en alma, y así hasta el final, hasta que nuestra energía ha de repartirse, y debemos dejar de ser astros de luz.

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